Los volcanes son vistos como amenazas, debido al riesgo de las erupciones; pero mientras no presenten esa actividad, aportan beneficios al ecosistema y a la vida de las personas. De estos, se puede extraer energía geotérmica (aprovechamiento del calor de la tierra); por sus pendientes, se prestan para la generación de energía hidroeléctrica (aprovechamiento de la energía del agua en movimiento); y a su alrededor, se suele explotar el turismo, la agricultura y la ganadería.

Un volcán es una abertura en la corteza por donde sale ‒a la superficie‒ material caliente, el cual proviene del interior de la tierra. Pueden ser expulsados gases, pedazos de roca (piroclastos) y roca fundida (lava). A la roca fundida, se le llama magma, cuando están dentro del volcán.

Un volcán es activo o extinto de acuerdo con la cantidad de años que ha pasado sin presentar actividad de cualquier tipo. Se clasifican de la siguiente forma:

  • Activo: es un volcán despierto que ha hecho erupción en los últimos 10 000 años. Se tiene registro de sus erupciones en los últimos 400 años.