Flor del género Phalaenopsis, también conocidas como orquídeas mariposa

 

Un día cualquiera, en un país tropical como Costa Rica, es común ver plantas en donde pongamos la vista. La cantidad y variedad de estas es un espectáculo para quienes saben apreciarlas. Es tal la afición que muchas personas coleccionan plantas en sus casas, con lo cual embellecen sus jardines y áreas comunes. Sin embargo, algunas veces no sabemos la complejidad de estos seres vivos tan importantes para nuestra sobrevivencia: no solo por su capacidad de darnos oxígeno y en algunas ocasiones alimento, sino también por su belleza y atractivo para los seres humanos.

Orquídea del género Telipogon, cuyo labelo (pétalo modificado) asemeja al abdomen de una mosca

Todas las personas necesitamos alimentarnos para sobrevivir. Gracias a nuestros dientes, forma de la boca y aparato digestivo, podemos comer una gama variada de alimentos, Sin embargo, también hay elementos de la naturaleza que no podemos aprovechar por más que queramos, o bien, que debemos transformarlos de alguna forma para lograr consumirlos. A su vez, como seres reproductores, disponemos de estrategias para atraer a una pareja humana potencial, así como órganos especializados que nos permiten dejar una descendencia.

Guaria morada, Guariante skinneri,flor nacional de Costa Rica. Foto: Melania Fernández

Desde 1939, la guaria morada (Guarianthe skinneri) es símbolo nacional de Costa Rica, no solo por su belleza, que sin duda representa al país, sino también porque ha acompañado a la persona costarricense por mucho tiempo. Numerosos relatos cuentan que se utilizó como elemento decorativo y destacado en los sombreros y vestidos de las muchachas. También fue empleado para adornar los altares de las iglesias católicas en las épocas de la Semana Santa o para acompañar el descanso final de los difuntos en el camposanto. Incluso, colocadas en las tapias y techos de teja, como bien nos lo relata el primer verso de la canción nacional “La guaria morada” del compositor Roberto Gutierrez y del letrista Carlos López. Se cree que los pueblos precolombinos no fueron indiferentes a su flor. Sin duda, la guaria morada nos identifica, ya que fue y es utilizada en muchas culturas y en muchos contextos.

Oncidium klotzschianum, corte lateral de una raíz de orquídea que muestra las micorrizas
(de color rosa) incrustadas en el tejido de la planta. Foto: Melania Fernández

Muchos de nosotros empezamos a entender cómo funciona una planta en la clase de ciencias de la escuela. En mi caso, en un frasco de vidrio transparente, coloqué algodón, un poco de agua y una semilla de frijol de la casa. Para la mente ansiosa y preocupada de un niño, fue una eternidad esperar a que aquella masa negra dormida en su lecho de nubes blancas y esponjosa, tuviera su primer brote verde y comenzara su viaje hasta lo más alto. Fue una maravilla entender que tanto los frijoles como los grandes árboles, tenían un proceso más o menos parecido. Todo está en las condiciones para que esa semilla pueda desarrollarse.